Mi Otro Blog

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miércoles, julio 20, 2011

¿Cuán grave es grave?


Cada día que pasa se corren más historias en el gremio con esto del paro del mercado de miel de exportación. Rumores van y vienen. Espero fundar opinión a fines de mes en Valdivia.

Yo sólo se que nosotros aún no tenemos mercado para nuestras 23 toneladas de pura y pristina miel de Ulmo. Ya no es tema de precio, no hay exportador que compre.

Rumores

1.- Un exportador esta devolviendo la miel a los productores. App 20 contenedores.
2.- Otro va saliendo con traductor a Alemania para que le respeten los compromisos de compra. App 40 a 80 contenedores.
3.- Un tercero salvó sólo porque es Fair Trade, pero de su vuelta europea no tiene nuevos pedidos.
4.- El mismo Fairtrade salio positivo a OGM. Nadie sabe decir a cuál? que la miel venía de Chiloé.
5.- Que quedan en Chile 4.000 toneladas de miel, 2/3 en bodegas de los exportadores, el otro tercio en manos de los apicultores.
6.- Que no habrá poder de compra, ni bodega para las primeras mieles de tevo.


Yo me pregunto ¿que impacto tendrá esta falta de capital de trabajo en la próxima campaña de polinización? ¿de donde sacaran recursos los apicultores para promover sus colmenas para que entren en buen pie a la polinización? Con un sobrestock de 40% en Chile (y quién sabe cuanto de otras latitudes) que impacto tendrá en el precio de la próxima temporada?.

De acuerdo a las cifras oficiales hemos exportado hasta mayo un 60% de la producción de un buen año (6000 ton). Ese 40% que no se alcanzó a exportar significan algo así como 15 millones de dolares (al precio promedio de la temporada de us$3.69 por kilo).

Por miseros 15 millones de dolares estamos poniendo en riesgo parte de la polinización de la próxima temporada. Están en riesgo las manzanas, almendras, arándanos, paltas, peras, kiwis, etc que totalizan para el año 2010 sobre 1500 millones de dolares en exportaciones al mundo.

Y en las noticias no sale nada de nada. Y no hay cifras oficiales. Y quizas para cuando sancione la justicia europea sobre el tratamiento que se le debe dar a la miel con polen transgénico. No son muy lindo tiempos para ser apicultor.

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desde España Antonio resume:

La parálisis del mercado de la miel es un hecho internacional, y la causa es el miedo a que salga una normativa europea obligando a etiquetar las mieles que contengan cualquier resto insignificante de polen transgénico como "contiene Organismos Genéticamente Modificados (OGM)". Esto puede disminuir sensiblemente la apetencia del mercado por las mieles que se encuentren en esa situación, y por consiguiente su precio, y afectar a una parte de las mieles que los acondicionadores ya han comprado. Les resumo la historia y situación de este proceso, hasta donde yo sé.

Desde febrero se está a la espera de que el Tribunal de Justicia Europeo (TUE) dictamine si la miel que tenga polen de un vegetal transgénico (colza, maíz o soja...) debe indicarlo en su etiquetado, aún si este polen están en proporciones mínimas y ha llegado a ella de una manera involuntaria, accidental, e inevitable, porque las colmenas estuvieran situadas en las proximidades del cultivo, o de plantas asilvestradas provenientes de un cultivo de algún año anterior. Se esperaba un dictamen para el mes de junio, pero se ha retrasado y aún no hay noticias de cuándo estará listo.

Todo este asunto viene de una denuncia de un apicultor aficionado d baviera a Monsanto porque puso un campo experimental de maíz GM cerca de sus colmenas, y este la denunció por contaminar su miel y polen. Los análisis dieron presencia de polen de maíz GM en pequeñas cantidades, y el tribunal de Baviera le pasó la pelota al TUE para que este decidiera. El TUE encargó un dictamen a un abogado, Bot, que emitió so informe afirmando que la presencia de ese polen en la miel obligaba al apicultor a indicar en el etiquetado "contiene OGM". Esto abriría una caja de los truenos, ya que, sin que la seguridad alimentaria de los consumidores se vea afectada, entra en lo posible que muchos de ellos dejen de considerar las mieles como productos naturales. También supondría, por extensión, la obligatoriedad de etiquetar como “contiene OGM” toda una serie de productos alimenticios que puedan cosecharse en las zonas próximas a estas plantas, así como sus derivados. Y esta misma norma podría tener que aplicarse a los productos alimenticios obtenidos en las proximidades de los demás transgénicos cultivados y a sus derivados, incluso si no son atractivos para las abejas: arroz, cereales...

Muchas empresas que tienen miel en sus almacenes, la mayoría procedente de Argentina, México, Uruguay… que puede estar afectada por esta situación se han alarmado, azuzadas por los principales laboratorios de análisis europeos que han visto en esta situación una oportunidad de abrir un nuevo campo analítico y han ofertado sus servicios de análisis de residuos de OGM en mieles, realizando una campaña de “concienciación del problema”.

Si esa propuesta de etiquetado es aprobada por el TUE, estas empresas se plantean como solución ultrafiltrar esas mieles, para, al menos, eliminar el polen de maíz, que es grueso, aunque no podrían eliminar ni el de colza ni el de soja, sin embargo, un análisis de las proteínas de esas mieles puede detectar residuos de proteínas de OGM.

Esta inquietud ha provocado una cierta parálisis del mercado internacional de la miel y la consiguiente caída de precios, del orden de entre 0,20 y 0,35 €/Kg para mieles de zonas conflictivas.

Hay una gran presión de organismos del sector apícola, y muy particularmente de la federación de envasadores europeos, FEEDM, a través de las autoridades de los diferentes países, para conseguir que la propuesta del abogado Bot no sea aceptada. El TUE tenía que haber emitido ya un dictamen, pero se ha retrasado en el mismo, probablemente por el revuelo ocasionado por la propuesta. Se espera que esta sea rechazada, pero nunca se sabe lo que dictaminará un tribunal.

Para abundar en la alarma creada por los OGM en el público una noticia reciente: La UE ha sido incapaz de crear una normativa común sobre la prohibición o restricción de estos cultivos, y ha dejado que sea cada país miembro quien lo haga. Algunos países tienen ya restricciones, por ejemplo en Valonia, Bélgica, las colmenas deben ponerse a más de 600 m de campos de maíz transgénico.

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