El Chile Apícola ha acompañado por décadas el crecimiento de la fruticultura nacional. La apicultura chilena es reconocida a nivel mundial por sus servicios de polinización. La mayoría de los apicultores nacionales cuentan con la posibilidad de ingresos tempranos producto de este servicio, que ha permitido sostener esta industria pese a los avatares del mercado de la miel. Los apicultores más grandes del país siempre han estado ligados a algún productor agrícola, ya sea de semillas o frutas.
Mirado desde dentro, la actividad es bastante despiadada.
La mayoría de los agricultores, semilleros o fruticultores es ignorante de la apicultura. Están acostumbrado a pensar el servicio de polinización como el "arriendo de cajas". Se cumple una cierta receta de "cajas por hectárea". Lentamente este contratante de servicios de polinización ha ido aprendiendo que es lo que hay que mirar: trafico en las piqueras y visitas a las flores objetivo. Los más avanzados eventualmente miran la "potencia de la caja" y los tipos de pólenes colectados. A lo que más se dedican es a hacer bajar el valor por caja, haciendo pelear a los apicultores por el contrato. Falta una mirada homogénea que permita hacer comparable las ofertas.
Por su parte los apicultores tienen que convivir con esta ignorancia y la suya propia. Si lo que quieren es pagar lo menos posible por una caja con abejas, entonces, llevamos núcleos grandes con una reina virgen incluso con celdillas. Si lo que pagan es una cierta definición de colmena mínima entonces llevamos eso y ahí vemos que hacemos con lo que nos sobra (más nucleos, potenciar a otras familias, etc). Como somos ignorantes de la agricultura, poco podemos aportar respecto de mejores practicas para polinizar (una o mas entradas, potencia de la colmena, ubicaciones, etc). El mercado no nos premia por tener colmenas más populosas.
Con el tiempo los agricultores han aprendido y ahora exigen una cierta calidad de colonia, pero no están dispuestos a mejorar los precios. Los apicultores más grandes y conocedores, en vista de este apriete del mercado y dado los buenos precios de la miel, evalúan bajar la intensidad en la polinización (quedarse con los clientes grandes o que están dispuestos a mejorar el precio) y concentrar sus colonias en la producción de miel.
La polinización en Chile, si bien se extiende de julio a diciembre, la demanda se concentra entre octubre y noviembre (paltos+arándanos). La miel en Chile se concentra entre diciembre y enero, pero la transición de noviembre a diciembre es critica y compite con la polinización.
Son pocos los casos donde el fruticultor permite que las colonias se queden en el huerto hasta lograr una cosecha de miel (fines de diciembre) y menos los huertos que están ubicados cerca de algún recurso mielero. En general luego de la polinización vienen una serie de manejos agroquímicos que obligan a sacar las colmenas. O eventualmente, la presencia de cosecheros es incompatible con la presencia de colmenas. En general no hay producción de miel mientras se está polinizando (a veces se saca algo de miel de palto).
Las empresas agrícolas más grandes desde los últimos 5 años han venido enfrentando esta crisis a través de la implementación de apícolas propias o en estrecha relación con un apicultor determinado. Están conscientes de la importancia de la polinización en el resultado agrícola. El costo de la polinización sigue siendo menor en la operación, sin duda bajo el 2%.
Me parece que es tiempo de normalizar este mercado de forma que efectivamente se perfeccione la compentencia llegando a un precio de mercado que posibilite un servicio de polinización de excelencia y una apicultura de calidad y rentable.
Mantener un Plantel Apicola que cumpla la normativa vigente (uso de medicamentos aprobados, alimento de primera calidad, cumplimiento de leyes laborales, etc) implican costos por colmena al año que fluctúa entre los 35 y 45 mil pesos ($/Colmena/año).
La producción de miel por colmena es verdaderamente variable de año en año. Los pasados tres años han sido bastante críticos en esta producción con promedios bajo los 10 kg/colmena. El precio de la miel a granel se sitúa en torno a los us$2.5, osea, esa colmena tipo produjo 25 dolares, o menos de $12.000.- en miel.
Para salir empatado ese apicultor debería recabar por polinización entre 23 y 33 mil pesos. Si pensamos en paltos o arandanos donde la polinización dura en torno a los 45 a 60 días, este apicultor deberia cobrar entre $500 y $700 por colmena por día para lograr ese empate.
Una colmena para paltos o arandanos debería entrar con una potencia de entre 5 y 7 marcos con abejas y entre 3 y 5 marcos con cría en sus distintos estadios, por tanto, llevando el valor a marco equivalente, este apicultor debería recibir entre $75 y $150 por día por marco con abejas. Mientras más grande la colmena, el valor por marco debería aumentar tanto porque los costos aumentan para lograr y sostener esa población, como porque esa colmena más populosa es una maquina de polinización más efectiva. Colmenas más populosas implican una menor densidad por hectarea que no está considerada hoy en la receta.
Las tablas anteriores muestra una posibilidad de pago en función del marco equivalente. Como se ve en las simulaciones para almendros, paltos y arándanos, el mercado esta trabajando hoy con la máxima densidad de colmenas pequeñas mal pagadas, pero que resulta la más económica por hectárea. Pocas colmenas grandes siguiendo la lógica de pago por marco equivalente hacen nuevamente bajar el valor por hectárea.
Los apicultores deben llegar a un contrato por un tiempo definido (semana o día), así si las quieren sacar antes lo puedan hacer, como también ser mejor remunerados si es que se les pide que se queden más tiempo.
2 comentarios:
muy bueno a sido algo muy real
cómo poder formar un gremio para normalizar todo esto y que todos seamos felices
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