Hemos terminado de hacer el inventario otoñal del plantel.
Después de bajar las colmenas de la Montaña y dejar pasar los días de mal tiempo hemos logrado recorrer todas las colmenas, censando una por una la cantidad de marcos con abejas (M.A.) y eliminar las de menos de 5 M.A.
En total se eliminaron 45 colmenas que probablemente no iban a pasar el invierno. Aprovechamos de nivelar reservas y retirar las tablillas de amitraz, aprovechamos de cambiar los techos y pisos malos y dejar bien la inclinación para que no las afecte la lluvia.
Las restantes 2447 colmenas vivas se pueden dividir entre las que fueron a la Montaña (63%) y las que se quedaron en el Valle (37%) y presentan hoy la distribución que presenta la gráfica de arriba.
El Valle tiene un promedio de 7.8 M.A. y una desviación 3.3 M.A. lo que es algo menor al promedio de Montaña (8.17 M.A.) pero mayor desviación con 2.86 M.A. de la Montaña.
Si bien la diferencia hoy a nivel estadístico entre las colmenas de la Montaña y las del Valle probablemente no es significativa, no hay que olvidar que las del Valle nunca se cosecharon, mientras las de la montaña entregaron un promedio de 27 kg de miel por colmena. Por otro lado, gran parte de las colmenas del Valle eran núcleos de la temporada que se desarrollaron a cámara de cría.
Subir en busca de la miel de la Montaña Valdiviana igual tiene sus costos. De las 1776 colmenas que subieron hoy quedan 1544, es decir una mortalidad de 13%. ¿Porqué mueren esas colmenas?
Por ahora me concentro en las vivas.
Habrá que observar a esas colmenas que fueron a la Montaña y hoy tienen más de 16 marcos con abejas. Observar su consumo de reservas durante el invierno, el desarrollo de varroa, su despegue temprano, la conducta higiénica y capacidad de recolectar polen. Probablemente las futuras madres están en ese grupo de colmenas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario