Algo hemos logrado avanzar a este respecto en el Proyecto de Ley Apicola y otro tanto ha hecho el SAG. Mezclar el registro de apicultores y apiarios con un registro de aplicación de fitozoosanitarios (aka agrotóxicos) es técnicamente factible y muy necesario para cuidar a las abejas a través de un aviso o alerta de aplicaciones. Situación que sería del todo fácil de implementar utilizando la tecnología de información y comunicaciones existente.
Imagino un aviso por SMS o email o WhatsApp que le llega a los apicultores que tengan algún apiario en la zona de riesgo de alguna aplicación. Hay que acordar el plazo de antelación (48 o 72 horas) y el radio de peligro (3 o 5 km), pero esos serían detalles frente al gran aporte para la apicultura que sería un sistema como el descrito.